Estuvimos hablando con Andrés Suarez al que podríamos resumir en una sola frase ¿quien le pone barrotes al viento?
¡Ojalá les guste tanto su intensidad como a nosotros!
Profesión y público aparte, ¿qué te aporta ser artista?
Es que yo no sé muy bien donde acaba mi ser y donde empieza el artista. Creo que soy más bien artesano, jamás buscaría otra cosa que no fuese la música.
Y esto creo que es malo, no es una virtud, es un todo o nada más bien. Mi abuelo y mi madre cantaban, y en mis recuerdos está ver a los artistas en la tele y volar y flotar, como cuando cogía una raqueta de tenis haciendo como que era una guitarra.
No sé muy bien lo que es un artista, evidentemente trabajamos con el arte, con la creación, con la palabra, pero lo que entiendo es que no sé vivir sin más realidad sonora; me gusta y no se ser de otra manera.
Ser artista o trabajar del arte para mi es similar a respirar, supongo que esto se asemeja a una definición.
¿Asumes algún tipo de riesgo en tu profesión? ¿Al margen de la venta de discos que es para ti el éxito?
El éxito es poder invitar a comer a tus padres.
Yo vengo de una familia muy trabajadora, no me atrevería a decir que hayamos pasado penurias, porque no sería cierto, pero bueno, de dos currantes.
Cuando por tus canciones y tu creación eres capaz de invitar a una botella de vino a tus padres o llevarlos a comer ¡qué carallo! o poder pagarles un viaje a Canarias, por ejemplo, eso para mí es el éxito.
Yo es que pasé muchas noches cantando para tres personas y dos eran camareros. Si no sabes lo que es venir de abajo, no sé cómo valoras lo de arriba.
Para mí el éxito es levantarte por la mañana y poder pagar la factura de la luz sin ayuda de nadie, más allá de tus versos y tus rimas.
Yo no quiero más éxito, que este, que es el de poder vivir de lo que hago.
Creo que tengo mucha, con la que está cayendo en este país. Hay mucha peña que no curra y mucha que trabaja en lo que odia o no le gusta.
Ortega y Gasset decía que la belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora. ¿Qué es y dónde reside para ti la belleza?
Yo creo que si algo hemos aprendido en estos días, o en este año, porque llevamos un año horrible, es a preguntarnos donde está la realidad o la belleza, y para mi está en las pequeñas cosas. Lo único que echo de menos es abrazar a mi mejor amiga y pasear con mi hermano por la playa.
Abrazar, apretar la mano fuerte a quien quieres. La emoción de ver danzar un árbol al viento; esto es la belleza.
Sacas un nuevo libro, a través de los ojos… Cuando escribes ¿Cuál es tu verdad?
Llevaba un año y medio trabajando en una idea con mi editor, antes de la pandemia, en la idea de conocer la historia de la gente que venía a mis conciertos.
En un concierto sólo tienes una comunicación, es decir, tienes tres minutos de mirada sostenida que es lo que dura una canción, y ahí sientes la emoción del público, su alegría, tristeza, dolor, rabia, inquietud. Todo eso puede ser una canción.
Entonces comencé a describir historias de gente que venía a verme, porque hay gente que tiene historias magníficas, o dolorosas, hay gente con cáncer o separadas o que ha sufrido maltratos o los han despedido, pero se aferraba a mis canciones. Quería jugar un poco con eso.
Lo único que hice fue tomar prestado en tercera persona los ojos de mi cara, los ojos del año 2020, los ojos de un jardín, los ojos de un amor, de una ex, de un amigo, de la puerta de un lavabo: los ojos del mundo que me rodea.
Y yo creo que a través de esa mirada en segunda tercera persona, me fui describiendo.
La tierra se queja por el consumo irresponsable del planeta… Caminas por la playa y encuentras todo tipo de basura y micro plásticos ¿Nos dejas un llamamiento?
A menudo dicen que los cantautores somos tremendistas o depresivos, pero es que no sé si mis nietos, verán el océano como yo lo veo ahora.
Yo soy hijo de marinero y las imágenes que me manda mi padre del mar en Galicia, ¡es un océano de plástico!. En el estómago de los peces hay plástico y la gente o no se para a mirar o les está dando igual.
Yo era el primero que hasta hace poco no reciclaba porque no tenía ni idea.
El maestro Javier Ruibal, tiene un mensaje que me hizo llorar: “nos confinó un terrible aviso del planeta”
No quiero ser alarmista, sino realista, pero como hijo de marinero, con imágenes que recibo casi a diario de los que tenemos el océano, la fuente de nuestra vida, no se el futuro que le espera a los hijos y nietos que aún no tengo; es demoledor.
Estamos asesinando al planeta Tierra con nuestro ego nuestro.
¿Porque crees que es ese sentido de desconexión del ser humano con la con la naturaleza?
Lo difícil es cambiar el mundo, lo fácil es dejarse llevar.
Si no nos damos cuenta con una pandemia de que algo estamos haciendo mal, en este fin de semana hubo más de 200 fiestas ilegales, gente que si le da igual una pandemia, gente a la que le dan igual nuestros abuelos anteponiendo su odio personal ¿qué pensaran de tirar un plástico a un océano?
Tocas el 14 de marzo en el Auditorio Alfredo Kraus y me gustaría que me contaras un poco más sobre este espectáculo.
Yo creo que soy un gallego canario porque amo Canarias.
Yo recuerdo los primeros viajes. Yo creo que con 19 años, cuando se empezaba a tocar porque había un colectivo maravilloso que lo reivindico cada vez que puedo, que era el gran colectivo canario de cantautores.
Donde cantautores de cada isla, amigos ya a día de hoy, a los que quiero muchísimo, pues lo que hacía era un intercambio cultural, es decir tú ibas a tocar a su isla, a los locales, por aquel entonces, cuando teníamos tantos bares para cantar, tanto en Tenerife como Las Palmas, como Murcia, como Santiago Compostela, y había una libertad artística, sexual, maravillosa, y luego ellos iban a tu tierra Galicia.
Era un intercambio maravilloso, de muchas risas y noches interminables cerca del mar. Desde entonces estoy enamorado de Canarias, de su gastronomía, su belleza y su elegancia. Son casi 20 años tocando ahí.
Así que imagínate lo que es tocar en el Alfredo Kraus, en la sala sinfónica, eso es historia. Tocar en ese paseo de Las Canteras con esa imagen de Alfredo Kraus mirando el mar, es tocar en uno de los lugares más privilegiados de todos los auditorios.
Una entrevista de Ana Quintana