El edificio de Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, ha sido desde 1890 un lugar emblemático de la vida cultural de Las Palmas
Es el caso del recién renovado Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel en Las Palmas de Gran Canaria que, tras un minucioso plan de rehabilitación de algunas de las obras de arte más icónicas del s. XIX, se sitúa como uno de los lugares para disfrutar del arte también en su versión contemporánea con la obra de Fernando Álamo o incluso gastronómicamente con la combinación del material artístico del artista grancanario Néstor Martín-Fernández de la Torre y la presentación de los platos.
El edificio de Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, ha sido desde 1890 un lugar emblemático de la vida cultural de Las Palmas de Gran Canaria, y su reciente reapertura de la mano de Barceló Hotel Group ha traído de vuelta una leyenda a la isla. Además, el restaurante Poemas by Hermanos Padrón se convierte en el buque insignia de la propuesta gastronómica del renovado hotel.
Restauración de obras de arte
Capitaneado por Beatriz Galán, restauradora de obras de arte y experta en conservación preventiva, este proyecto se planteó para abarcar la restauración de obras de varias estancias del hotel como el Bar Carabela, el Salón Arencibia y el emblemático Salón García-Escámez, que pasará a llamarse Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, en honor al reconocido arquitecto canario que convirtió el hotel en el icono de lujo que es actualmente.
Una de las obras que se ha intervenido es Procesión de ciegos en torno a Santa Lucía del pintor canario Jesús Arencibia, uno de los varios murales con la técnica demarouflage (tela pintada que se adhiere a los muros con adhesivos fuertes, para crear un mural). El tratamiento realizado en el soporte, consistió en despegar el lienzo del muro y fijarlo sobre una nueva base inerte; de esta manera la obra ya no queda condicionada a problemas de humedad u otros que dependan del estado de la pared y se asegura su preservación.
Por su parte, en el Salón Arencibia las obras recibieron tratamientos de conservación, que consistieron principalmente en limpiar la suciedad superpuesta al barniz, eliminar retoques de color no originales y re-barnizar las piezas para reavivar los colores.
En el Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, que en 1951 acogió la primera cena de gala del hotel con su nueva configuración para el presidente de Liberia, se les ha devuelto la vida a sus llamativos murales retirando una gruesa capa de resinas duras, ya oscurecida por el paso del tiempo, y sustituyéndola por una de barniz especial para pinturas al óleo, con la finalidad de proteger la pintura de factores de deterioro externos.
Además de las piezas de Arencibia, también se han restaurado obras de otros reconocidos artistas canarios como la pintura al óleo Roque Bentayga del tinerfeño Manuel Martín González, y tres lienzos del pintor Santiago Santana que decoran los muros del hotel. También los escudos de la ciudad de La Palma situados sobre el pórtico de la entrada y en el Bar Carabela han recobran su resplandor y visibilidad nuevamente.
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